Los seguros de propietarios no cubren la inundación provocada por un agente externo: río, lago, mar, cañadas o lluvias torrenciales. Estos seguros solo protegen de los daños causados por agua que se generen dentro de la propiedad, ya sea por la obstrucción de una tubería, o si se queda la llave de una bañadera abierta y ésta se derrama.
Pero si quiere que su casa esté protegida contra el agua que pueda entrar después de un fuerte aguacero, esos tan habituales aquí en la Florida, debe adquirir una póliza apropiada de seguro contra inundación.
El clásico error de los propietarios es pensar que su casa se encuentra en una zona segura, al no estar ubicada en una de esas áreas de inundación marcadas en los mapas de FEMA. Incluso muchos piensan que, como al comprar la casa el banco no le obligó a sacar un seguro contra inundación, eso significa con toda seguridad que su casa jamás se inundará. ¡Se equivocan!
Hasta en la propia página web de FEMA son bien claros al explicar que el objetivo de estos mapas es orientar a las personas si su propiedad se ubica en un área de riesgo potencial. No es una certeza, es algo orientativo. Sobre todo, si tenemos en cuenta que el 97% de los condados de EEUU se han inundado históricamente.
Si la zona no aparece en los mapas de FEMA o en los mapas de inundación creados por la municipalidad, es preferible pagar 20 o 30 dólares al mes, lo que cuesta un almuerzo, y proteger toda su casa. No pagar nada es poner en juego su propiedad y sus finanzas personales.
Un secreto, lo peor de los seguros de inundación es que entran en vigor un mes después de pagar la primera prima. O sea, si comienza a pagar el 10 de agosto, la protección de su casa no es efectiva hasta el 10 de septiembre.
No pierda más tiempo e invite a comer a su suerte una vez al mes y verá que ella le recompensará con creces.
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