No necesito seguro de inundación, para eso está FEMA💦

 

Las mayores pérdidas asociadas a los huracanes que en los últimos tres años azotaron Florida fueron causadas por inundaciones. Idalia (2023), Ian (2022) y Elsa (2021) originaron inundaciones catastróficas cuyos daños alcanzaron los miles de millones de dólares. Una realidad que puede repetirse en 2024 ya que los pronósticos predicen que la actual temporada ciclónica será la más activa en los últimos 30 años.

Aunque casi nadie duda sobre la posibilidad de que se inunde alguna parte de Florida durante una tormenta, muchos propietarios de viviendas optan por no tener un seguro de inundación al considerar que, si un huracán arrasa su área y provoca inundaciones, el presidente de EEUU emitirá una declaración de zona de desastre y, por lo tanto, comenzarán a llegar fondos federales suficientes para resarcir las pérdidas sufridas. A pesar de que el 75% de las veces que el presidente de EEUU emitió una declaración de área de desastre fue originada por una inundación, esa postura, aparentemente lógica, es muy arriesgada y esconde un cierto desconocimiento de los procesos en la realidad.

Por un lado, si un propietario cuenta con una póliza de inundación y su casa se inunda por causa natural, solo tiene que reclamar a su compañía de seguros para ser compensado financieramente. No tiene que esperar por una declaración del presidente para obtener alguna asistencia federal.

Por otro lado, aun cuando se declara un área como zona de desastre mayor, el proceso de obtención de fondos de FEMA suele ser muy largo y complicado. Es importante entender que la asistencia federal es una ayuda parcial que tiene el objetivo de restablecer la seguridad, habitabilidad y la higiene de la propiedad afectada. Mientras que el seguro de inundación busca que la propiedad recobre la situación que tenía antes de ser dañada por el huracán, tanto de sus estructuras como las pertenencias del propietario.

También es clave resaltar que la asistencia federal por desastre muchas veces se otorga en forma de préstamo y el monto suele ser 10 o 15 veces inferior a la compensación que otorga el seguro de inundación. Es decir, la asistencia federal se debe devolver, mientras que el pago otorgado por el seguro de inundación no.

En fin, tener una póliza de inundación es muy útil para evitar los dolores de cabeza que originan lidiar con la burocracia federal y es la manera más sencilla de garantizar que su propiedad vuelva a ser segura, confortable y reluciente como era antes de la tormenta.

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