Es bastante conocida la idea de que el seguro de vida sirve para garantizar la protección financiera de los seres queridos cuando usted ya no esté. Sin embargo, hay una característica de los seguros de vida que no se divulga tanto: su capacidad de actuar como un activo financiero, es decir, se puede convertir en dinero en caso de que usted lo necesite.
Existen dos tipos importantes de seguros de vida permanentes con capacidad de usarse como activos financieros: el seguro de vida permanente (whole life insurance) y el seguro de vida universal (universal life insurance).
El seguro de vida permanente más típico es el llamado seguro de vida con ahorro, que, además de pagar el beneficio de muerte a los seres queridos, permite ahorrar dinero. Cada vez que usted paga la prima del seguro, una parte de la misma se deposita en una cuenta de ahorro. Lo mejor es que usted podrá hacer uso de ese dinero cuando lo necesite, de acuerdo con su contrato, sin afectar el beneficio de fallecimiento destinado a sus seres queridos.
En el caso del seguro de vida universal, que es similar al seguro de vida permanente, pero sus primas son flexibles, más económicas y también tienen un componente de ahorro. En ambos casos, se puede solicitar un préstamo contra la póliza, pero en el seguro de vida universal el beneficio de fallecimiento no está garantizado.
Ya lo sabe, en dependencia del seguro de vida que escoja, además de proteger a su familia con el beneficio de muerte, usted podrá ahorrar dinero para sí mismo, que podrá retirar o tomar prestado a su conveniencia.
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